Cuando vemos en nuestra pescadería nuestras gambitas nos cuesta creer que, una vez pasadas por la esencia del calor de la plancha, aquella gamba con escaso color grisáceo y hasta en algunas partes ,incolora, se convierta en un manjar de color blanco rosáceo con textura sólida y sabor..... que vamos a contar del sabor!
Podríamos decir que nuestra Sepia utiliza su arma para distinguir esas gambas translúcidas en algo sólido y claramente visible y, sobre todo, culinario.
Si añadimos un fondo marino poco iluminado y tonos de colores muy difusos tenemos una adaptación a un entorno ideal para evitar ser detectados por un gran número de depredadores.
La selección natural (seguramente a base de hacer pasar hambre al cefalópodo) dotó a nuestra Sepia de unos ojos capaces de detectar a estas pequeñas presas.
Cuando hacemos atravesar un haz de luz no-polarizado a través de un prisma ,este haz de luz se "fragmenta" en varios haces polarizados dando por decirlo de una manera muy vaga,dos haces diferentes. Los ojos de nuestra sepia detectan la diferencia de estos haces formados a partir del reflejo de la luz que viene de la gamba, dándole a la gamba otro color y, lo más importante, dándole contorno sobre el fondo marino. Esto va a hacer a la gamba visible y acreedora del título "plato del día" al ser apresada de una manera fulminante por los tentáculos de la Sepia.
Gracias a estos ojos ,al igual que nosotros podemos agradecer a nuestra sartén,se puede convertir un animal apenas no visible ,en un animal visiblemente apetecible
Comentarios
http://www.youtube.com/watch?v=3ITNtgy6jeI
Un saludo!
JuanSal
Saludos